In Memoriam. Bibi Andersson (1935-2019)

Adiós a una grande, adiós a un pedazo de mujer y a una parte gigante de la historia del cine. Bibi Andersson (Berit Elisabet Andersson, como se llamaba en realidad) debutó en el mundo audiovisual a los 15 años en un anuncio dirigido por Bergman, quien estuvo muy ligado a su carrera cinematográfica. Nacida en Estocolmo en 1935, y fallecida este domingo a los 83 años, gozó igualmente de una imagen muy moderna y libre, en sintonía con otras intérpretes europeas de su generación (Anna Karina, Jean Seberg, Jeanne Moreau, Monica Vitti, Julie Christie o Harriet Andersson, entre otras). Su vida en la pantalla grande está asociada a la modernidad, sobre todo en sus colaboraciones con Ingmar Bergman en ‘Sonrisas de una noche de verano’, ‘El séptimo sello’, ‘Fresas salvajes’, ‘En el umbral de la vida’, ‘El rostro’ y ‘El ojo del diablo’. Sin embargo, hay una película que inmortalizaría su cuerpo y su rostro. Se trata de Persona (1966). Su mirada fundida con la de Liv Ullman ha marcado un antes y un después en la historia del cine, un plano que a Bergman se le ocurrió observando su parecido en una pausa de rodaje. Tan importante es ese momento que uno lo puede ver en tantas otras películas reciclado inolvidablemente. Pensemos en El camino de los sueños de David Lynch, o Julieta de Pedro Almodóvar. 
Además, Bibi trabajó con otros directores de la talla de Huston, Altman, entre otros.

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