CRÓNICAS MUNDIALISTAS. QATAR 2022. JORNADA 2

Inglaterra 6-Irán 2

La situación de la selección británica antes del mundial era similar a la de su cine: tirando a lamentable. Perdió la final de la Eurocopa de local contra Italia y descendió de la Liga de las Naciones, es decir, un desempeño mediocre como la mayor parte de las películas que vienen de allí. Por ende, este certamen en Qatar es una prueba de fuego, no solo para revertir esa imagen, sino para consolidarse como potencia, dado que históricamente siempre le faltaron cinco para la libra esterlina.

A priori, el partido contra Irán era la historia de David y Goliat, y a juzgar por el desarrollo y el resultado, al pobre David se le rompió la honda antes del primer tiro. La selección de la tierra de Kiarostami (cuyo himno no cantó en señal de protesta por los sucesos  de conocimiento público acecidos recientemente, un gesto que parece más serio que la pantomima de los británicos arrodillados antes del pitazo inicial) se paró para armar una fortaleza de medio campo hacia atrás, parecida a la que diseñó Marlon Brando en Apocalypse Now. Inglaterra manejó la pelota con paciencia e intentó con algunos centros al área que no prosperaron. En uno de ellos, el arquero iraní (de nariz prominente, de esas que hubieran enaltecido Francisco Umbral y Ramón Gómez de la Serna, y hubiera demolido un Quevedo, “Érase una vez un hombre a una nariz pegado…”) chocó con un compañero y debió ser sustituido. Lo llamativo fue la falta de confianza del técnico Carlos Queiroz que, en vez de motivar al suplente, fue ponchado haciendo la señal de desgracia (no sabemos si por el que sale o por el que entra).

Recién a la media hora, Inglaterra comienza a asociar juego y la cosa va queriendo. Dos minutos más tarde, Maguire (un jugador que pintaba para mucho y fue declinando progresivamente, muy bueno en ofensiva pero que deja que desear en el retroceso) avisa con un cabezazo en el palo. La paciencia inglesa frente a un equipo muy inferior técnicamente da resultado cuando un desborde por izquierda termina con un cabezazo distinguido de Bellingham, uno de los debutantes en el mundial. No faltará mucho para el segundo. Maguire se la baja a Saka (otro joven debutante) y éste la clava en el ángulo. Más tarde, Kane, que jugó superlativamente, hacia el final del primer tiempo, desborda por derecha y se la sirve a Sterling que busca bien el espacio en el área chica para convertir su primer gol en esta clase de torneos. A esta altura, da la sensación de que lo que sigue es un partido de exhibición y el segundo tiempo lo confirma.

Queiroz mete tres cambios, uno por línea, pero no cambia nada. Continúa el predominio inglés con juego colectivo asociado, algunas paredes decorosas y un espectador de lujo, el arquero Pickford. Al minuto 61, Saka hace un despelote en el área, los defensores iraníes en lugar de poner las piernas las levantan y mete el cuarto. Cuando parecía que todo se congelaba en esa foto, llega como un ovni el tanto de Taremi luego de un buen pase en profundidad que vulnera la posición de Maguire (salió reemplazado, no sabemos si por un golpe o por el mareo que le provocó el cierre horripilante). Pero Inglaterra tiene a tipos como Kane, capaz de bajar una pelota como con un guante, el cual habilita a Rashford y la sopla ante la salida del arquero iraní. Hasta ese momento, la selección inglesa es como su liga, se alimenta de goles extranjeros. 5 a 1. Podría haber terminado, ahí, pero vino uno más de Willson y uno más de Taremi, luego de que el Var hiciera su numerito: llamó al árbitro para que cobre penal por un agarrón cariñoso en el área.

Inglaterra cumplió, hizo muy bien los deberes. Estimo que deberá revisar algunos aspectos defensivos, sobre todo en el retroceso. Irán, bueno, deberá pelear por un segundo puesto en lo que queda y con lo poco que tiene.

Senegal 0-Países Bajos 2

Contrariamente a lo que ocurre con el fútbol, no ha habido una influencia decisiva del cine de los Países Bajos en el resto del mundo, aunque cuentan con un crack, Paul Verhoeven, capaz de jugar de diez en cualquier parte del planeta En cuanto a Senegal, es uno de los países africanos que más cineastas ha dado desde la década del sesenta  y  no ha dejado de producir películas de indudable valor.

Antes del partido, algo igualaba a estas selecciones: ninguna ganó un mundial. Paradójicamente, la famosa escuela de los Países Bajos que muchos supieron adorar (y copiar en Argentina) jamás alzó la copa del mundo. Por otro lado, Senegal tiene una actualidad interesante, sobre todo porque su DT, Aliou Cissé, viene desarrollando un trabajo continuo, a largo plazo, con muy buenos resultados. Por ello, para quien escribe, iba a ser un partido parejo.

La iniciativa y la intensidad fueron del equipo africano. No con llegadas claras necesariamente, pero sí sabiendo que la fortaleza física podía ser un factor determinante a la hora de disputar centros en el área contraria. El problema, que se corroboró a medida que transcurrieron los minutos, fue la falta de jerarquía para terminar las jugadas. ¡Cómo se extraña a Mané! Esa jerarquía que, supuestamente, podía ofrecer Países Bajos, con manejo de balón y juego asociado. Los dos intentaron por sendos caminos, pero el partido no pasaba de un discreto muestrario de intentos. Muy parejo y con pocas llegadas.

En el segundo tiempo y hasta la media hora fue como la película de Lewis Milestone, Sin novedad en el frente. Hubo dos buenos remates de Senegal que fueron neutralizados por Noppert, algún cabezazo de van Dijk por arriba del travesaño y no mucho más. A esta altura, ya había entrado en el equipo naranja Depay, para suplir la falta de nueve (aunque sea uno más bien engañoso), porque se sabe: en este fútbol posmoderno parece que es un puesto menospreciado. Y fue con alguien que tuvo que inventarse de nueve que llegó la apertura del marcador. Centro por izquierda de de Jong y Gakpo se metió entre los centrales, vulnerando a los defensores y a Mendy, que salió tarde a cortar. Gol. Y una situación, por ahora recurrente en el mundial: los goles por arriba. Con más ímpetu que juego, Senegal lo fue a buscar durante el descuento, pero nuevamente Noppert sacó una muy buena abajo. Entonces, en la última jugada del partido, en una salida rápida, Depay le pega al arco, Mendy da rebote y llega Klaassen para el segundo. Se baja el telón.

Da la impresión de que este grupo, exceptuando a Qatar, va a ser competitivo. Como dije en la crónica anterior, Ecuador puede hacerle daño a Países Bajos, como Senegal complicarle la vida a Ecuador. Veremos.

EE.UU 1-Gales 1

Generalmente, para quienes lo ven desde afuera, es la clase partidos que no despiertan demasiadas expectativas, pero que suelen ser divertidos. Lo son porque se trata de equipos que, salvo alguna sorpresa, se estima no llegarán demasiado lejos. Pero cuidado: a veces garpan como esas películas de Clase B que se hacen en el patio de atrás de los estudios con los decorados que quedan de las consideradas supuestamente importantes.

El partido arrancó con ritmo e intensidad por parte de EE.UU, una selección que parece reflejar el crecimiento que el fútbol ha tenido en ese país. Ya, a los 8 minutos, hubo dos tapadas consecutivas del arquero galés, de muy buenos reflejos. Está claro que las condiciones la ponen los norteamericanos ante un equipo timorato, a la espera, con pocas ideas. Pero el partido cayó en un pozo. El ahínco devino en rudeza y amarillas; las intenciones se transformaron en torpezas. Recién a los 35 minutos, Pulisic, uno de los jugadores distintos, metió un pase recto en profundidad para que Timothy Weah (el hijo del enorme George Weah, qué delantero) defina perfectamente en posición de nueve para EE.UU. Un gol del estilo de la liga inglesa: salida rápida, vértigo y adentro. 1 a 0.

En el segundo tiempo, Gales intentó cambiar la pálida imagen, con imprecisiones varias y algunas ráfagas de inspiración de un Gareth Bale que se nota tocado. Dos cabezazos en el minuto 63 presagian algo y en el minuto 80, cuando EE.UU pagaba las consecuencias del desgaste físico, vino el empate de penal (bien cobrado) y ejecutado de modo eficaz por Bale, fuerte a la izquierda del arquero. Los últimos minutos transcurrieron con más colorido y furor en las tribunas que en el campo de juego, donde continúa viéndose lo que, estimo, será una constante: jugadores que caen como fulminados por un rayo debido a las lesiones. En otras palabras: las consecuencias del canibalismo de la FIFA y quienes organizan la agenda del año, jugando hasta una semana antes del mundial. En fin. Esto continuará.

elcursodelcine

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *