CRÓNICAS MUNDIALISTAS. QATAR 2022. JORNADA 10. REGRESO SIN GLORIA

Definiciones de grupos. Partidos a doble pantalla como si estuviera viendo una película de Peter Greenaway. Al mediodía dos encuentros para cerrar el Grupo A. Países Bajos y Qatar no representaban un verdadero interés y el resultado parecía previsible. Por otro lado, se confirmaron ambos funcionamientos colectivos. El del local, pobre, de una medianía ya mostrada en los compromisos anteriores; el de la otrora naranja mecánica, con algunas ráfagas de buen fútbol, pero sin garantías de mostrarse como potencia invencible. Un gol en cada tiempo (Gakpo y de Jong ante una marca vulnerable dentro del área) fue el sello de una primera fase en la que van Gaal cumplió, pero no dignificó ni mucho menos. Dominó, por supuesto, pero sin arrollar a Qatar, regulando en todo caso. El arquero Noppert fue un espectador de lujo ante la inexistente ofensiva qatarí. Ahora, Países bajos se cruzará con EE.UU, un rival que no será fácil aunque los papeles previos digan lo contrario.

Lo de Ecuador será un Regreso sin gloria. Si bien es un equipo joven, “con más presente que futuro” dijo Alfaro en conferencia de prensa, estaba lejos de la gloria pero no parecía tan cerca del regreso. Tenía dos resultados posibles, dos buenos antecedentes en cuanto a juego y atrevimiento, y dejó la sensación de que desperdició una chance inigualable, como si no se hubiese creído que podía. Quedó eliminado con cuatro puntos, una cantidad que en otras zonas cotiza en oro. Es una pena, y no es por desmerecer a Senegal, que aún prescindiendo de su máxima estrella, Mané, hizo un papel dignísimo y mereció la clasificación. El partido arrancó con el optimismo y la decisión de los africanos. Durante el primer tiempo llegó varias veces con peligro al arco de Galíndez y en el minuto 20 abrió el marcador luego de un penal, generado y convertido por Ismaila Sarr. Con ánimo de recuperar la pelota y lograr mayor dinámica, Alfaro metió cambios y llegó el empate de pelota parada luego de un tiro de esquina que Caicedo efectivizó en gol. Lamentablemente, como se dice en criollo, la alegría duró menos que un pedo. Tras otra pelota parada, pero en este caso a favor de Senegal, un centro envenenado al centro del área fue mal despejado por Valencia y le quedó servida la pelota a Koulibaly, quien la cruzó al palo derecho de Galíndez. El resto fue empuje, desesperación por parte de Ecuador y finalmente la tristeza de un plantel joven que pudo llegar más lejos.

A la tarde, el foco de interés estaba en EE.UU e Irán, ambos con posibilidades de clasificar en el Grupo B. Los dos equipos se medían nuevamente luego de verse las caras en Francia 98. A medida que avanzaron los minutos en el primer tiempo, los norteamericanos llegaron más y demostraron mayor solidez como equipo y potencial frente a una selección que se había caracterizado más por el ímpetu que por el fútbol. Un gol anulado a Weah fue el borrador de lo que sería el único tanto del partido. Llegó a los 38 minutos luego de que Dest centró de cabeza para que Pulisic la empuje. El festejo no fue completo dado que el diez sufrió una lesión en la jugada y es una pieza fundamental para armar la ofensiva del equipo. Su ausencia se notó en el segundo tiempo porque, si bien continuó con un control y un dominio de EE.UU, no llegó a gravitar para cerrar el triunfo. Los últimos minutos estuvieron marcados por la lógica entrega de Irán, que metió todos los centros habidos y por haber, quiso fabricar penales y raspó lindo un par de veces. No le alcanzó no con ese final digno de Fellini.

Gales tuvo su merecido, pagó por su apatía y su desempeño timorato. Si bien es una selección que cuenta con nombres interesantes, nunca desarrolló en este certamen una idea de juego prometedora, más bien destinada a conservar un esquema férreo, estático, sin ambición alguna. Frente a Inglaterra pareció aceptar de entrada la estadística, es decir, salir derrotado a la cancha. Y para los ingleses Gales no fue más que una medida de whisky. Si bien en la primera etapa no hubo demasiados sobresaltos, se sentía la diferencia. Sin lucir, el equipo de Gareth Southgate manejaba el ritmo del partido. Los ingresos de entrada de Rashford y de Foden le dieron más frescura al ataque y ambos estuvieron involucrados en los goles. El primero, un tiro libre espectacular del jugador de Manchester United, terminó con la intranquilidad del empate. Después, cuando se abrieron los espacios, todo fue más fácil. Un contragolpe por derecha encontró a Harry Kane, quien le sirvió el gol a Foden con un pase exquisito para el segundo. No pasó mucho para que Rashford volviera a convertir. Inglaterra clasificó, hizo bien su trabajo en términos generales, pero todavía no se enfrentó a una potencia. Empieza a jugar el mundial ahora para poner a prueba su condición de favorito para muchos.

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