Otra enorme pérdida para el mundo del cine. Se ha ido Stanley Donen, director prolífico, del cual quedan gemas absolutas, empezando por el clásico de los clásicos, Cantando bajo la lluvia (1952), un musical co-dirigido con su amigo Gene Kelly, con escenas inolvidables y una graciosa forma de abordar los traumas del pasaje del cine mudo al sonoro.
Director, coreógrafo y bailarín, Donen debutó en la pantalla grande y ya, en su segundo largometraje, su admiración por Fred Astaire lo inclinó hacia el género: Bodas reales (1951), Una cara con ángel (1957), al lado de Audrey Hepburn, son algunos de los exponentes más conocidos . “Vi a Fred Astaire en Volando hacia Río de Janeiro cuando tenía nueve años, y cambió mi vida. Me pareció simplemente maravilloso, y mi vida no era maravillosa”. Donen logró la Concha de Oro del festival de San Sebastián en 1967 por Dos en la carretera, una road movie sobre un matrimonio en crisis protagonizada por Audrey Hepburn y Albert Finney y obtuvo también un Oscar honorífico.
Se atrevió en 1969 a dirigir una película con temática gay, La escalera, prohibida en varios países. Su última incursión ante las cámaras fue en 1999 con el telefilme Cartas de amor.
El mejor recuerdo estará eternamente en esa danza inolvidable de Gene Kelly bajo la lluvia.
