In Memoriam. Marcelo Céspedes (1955-2020)
Me acabo de enterar de la muerte de Marcelo Céspedes, uno de los nombres fundamentales, junto a Carmen Guarini, del género documental en la Argentina, principalmente en los años posteriores a la democracia, cuando las ficciones industriales-en términos generales-parecían estancadas en modelos pasados y esquivaban la mirada a los estratos sociales y culturales que necesitaban verdaderamente una voz. Tanto Céspedes como Guarini fueron determinantes en la posibilidad de que se visualicen a través del género otras realidades opacadas entonces. De ahí el compromiso con una generación de jóvenes realizadores que pasaron por la productora Cine Ojo, de donde salieron varias películas cruciales en esa dirección.
Dicen que era un tipo difícil, pero, al fin y al cabo, quién no es difícil en el mundo cinematográfico en Argentina. Me tocó intercambiar mails con él en mi primer año como programador en un festival. La situación no era fácil dado que Céspedes había tenido sus encontronazos con los programadores anteriores y con el director del evento, pero a mí me interesaban dos películas de su productora, Parador Retiro de Jorge Leandro Colás (que ganó un premio en esa edición) y Regreso a Fortín Olmos, de Patricio Coll y Jorge Goldenberg. Luego de un intercambio de mails que comenzó de áspera manera pero que fue abriendo caminos, finalmente las películas fueron cedidas por la productora. Imagino que Carmen Guarini tuvo que ver también en esta decisión o los mismos directores. Dos o tres años más tarde lo conocí personalmente. Él mismo acompañó una película que tuve el gusto de programar, A usted no le gusta la verdad. 4 días en Guantánamo, un documental que tuvo mucha resonancia por el tema y por el planteo formal que propone. Céspedes se acercó muy respetuosamente, apenas cruzamos algunas palabras, pero sí recuerdo un gesto que me pareció muy noble: el tipo se vino a Mar del Plata solo a presentar la película en nombre de sus directores, Luc Côté, Patricio Henriquez. Lo sentí como un compromiso ético que dejaba en evidencia la necesidad de que el documental se viera, se hiciera conocido y de transmitir las ideas que los realizadores le habían manifestado. Para mí fue suficiente pese al carácter lacónico del encuentro. Se ha ido una parte importante de nuestro cine.
