CRÓNICAS MUNDIALISTAS. QATAR 2022. JORNADA 12: DOPPELGÄNGER

Jornada de Doppelgänger en Qatar 2022. Para quienes no sepan de qué se trata, lo simplificamos así: término alemán que designa el doble fantasmagórico, de una persona. El psicoanálisis y la literatura hicieron delicias con este concepto, pero también las artes figurativas. Uno de los momentos más aterradores que vi en pantalla fue el final de la segunda temporada de Twin Peaks, con el Agente Cooper corriendo entre las cortinas rojas mientras lo persigue su otro yo, el malvado. Yo creo que cuando publico algo sobre Boca Juniors, del cual soy hincha, estoy invadido por mi Doppelgänger, así que para justificar mi bronca cuando pierde, suelo hacer la gran Borges “no sé cuál de los dos escribe”.

Hoy se jugaron cuatro partidos para cerrar dos grupos y en todos ellos anduvieron corriendo otras versiones de jugadores y equipos, materializaciones del inconsciente dañino. Por ejemplo, Bélgica se jugaba todo contra Croacia. Tuvo un primer tiempo para el olvido, dominado en términos generales por el último subcampeón, más comprometido con los ataques y con definir lo antes posible el partido, aunque el empate le sirviera. Es decir, Bélgica mostróla peor versión de su Yo, muy alejada del segundo puesto en el que la pusieron (inverosímil por cierto) los de la FIFA en el ranking mundial. Cuando despertó como equipo en la etapa complementaria y asedió el arco contrario, apareció el Doppelgänger de Romelu Lukaku. El delantero entró y desperdició tres claras situaciones. Encima, dicen, llegó al vestuario y rompió el baño. ¿Era él o su otro yo quedó encerrado en alguna habitación? 0 a 0. Pasó Croacia.

A la misma hora, Marruecos (una grata confirmación de su empuje colectivo) se enfrentaba a Canadá, ya eliminado. Los africanos tenían una inmejorable oportunidad para pasar de ronda y de entrada buscaron el partido. Entonces, bien temprano irrumpió el Doppelgänger del portero canadiense Borjan. Tras el pase de un defensor, adelantó inexplicablemente la pelota y se la sirvió a Ziyech, quien lo vio adelantado y le clavó un lindo gol de emboquillada. La maldición del doble llegó al arco contrario. Marruecos ya había hecho el segundo con Youssef En-Nesyri y todo parecía conducir al famoso lema “partido liquidado”, sin embargo, un ataque canadiense por izquierda termina con un gol al palo del arquero Bounou, hoy más flojito de papeles que lo habitual. Pese a ello, Marruecos se llevó la victoria y el primer puesto del grupo.

A la tarde, el Doppelgänger durmió la siesta un par de horas y se levantó para molestar en los otros dos partidos. Veía cómo ríos de baba periodística vernácula se desparramaban en torno al juego de España, una selección que es capaz de tener la pelota indefinidamente hasta ver qué pasa. Pero claro, la posesión (dijo el Doppelgänger) se puede volver infernal. La roja llegó al gol con un nueve otra vez, Morata, y todo indicaba que se comía a Japón, dormido, anestesiado, como el rey de la segunda entrega de la saga de El señor de los anillos. Sin embargo, en el segundo tiempo, y tal como había hecho con Alemania, en un lapso acotado de minutos, dio vuelta el partido a los españoles. Nadie entendía nada y encima llegaban presagios funestos del otro partido. Por unos instantes, Alemania y España estaban afuera del mundial. Japón sacó a todos los samuráis de Kurosawa de la galera y decidió atacar durante quince minutos a esta selección que hace del toque un exceso. Lo que nunca supo Japón es de la ayuda del Doppelgänger. Primero, invadiendo al arquero Simón y convirtiéndolo en una especie de muñeco de torta; segundo, incidiendo en la máquina fatídica del Var, un instrumento demoniaco que le calza a la perfección. En el segundo gol de Japón, la pelota salió completa; en la reiteración, luego de que haya metido una mano extraña el sosías malvado, no. Hoy todos verán dos fotos. Son como los dos Cooper de David Lynch entre las cortinas rojas. Clasificó Japón y atrás España, para empezar a considerar las exageraciones. Sin dudas, el equipo de Luis Enrique tiene una idea y parece morir con ella, pero de ahí a desmerecer el planteo de Japón ya es un acto de soberbia. El fútbol es ataque y defensa, el fútbol no consiste solo en la posesión de la pelota.

Ahora bien, con quien se hizo un festín el Doppelgänger fue con Alemania y Costa Rica. La selección europea se vuelve nuevamente en primera rueda. Debían convertir muchos goles y esperar el otro resultado. Para colmo, los ticos (que fueron de lo peor a lo menos peor en esta ronda) le complicaron la vida con un poco de ímpetu. Los alemanes fueron a buscar de entrada y llegaron al gol, pero algo pasó. Como si se hubiera cortado la luz y le hubiera permitido a Costa Rica meter goles impensadamente, el resultado se dio vuelta. Algo raro está sucediendo en este pueblo diría García Márquez. Claro, pocos confían en que en tardes como ésta los fantasmas se alimentan como nunca. Y pese a que Alemania ganó finalmente 4 a 2, no le alcanzó. A casa.

Me atrevería a decir que este mundial, informatizado, mecanizado y automatizado, donde no hay prácticamente expulsiones, las imágenes parecen adulteradas, nadie le pega de afuera del área y pasan cosas insólitas, está comandado por su lado B, su otro yo, su Doppelgänger.

elcursodelcine

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *