CRÓNICAS MUNDIALISTAS. QATAR 2022. OCTAVOS DE FINAL. JORNADA 3: EL BAILE

Tercera jornada de los octavos de final. Al mediodía se enfrentaron Croacia y Japón. En la previa ya pintaba para un partido parejo, no solo por cómo habían llegado ambos a clasificar, sino porque la jerarquía de los croatas podía ser contrarrestada por el despliegue físico de los once samuráis. Y algo de ello ocurrió. La paridad fue tal que tuvimos por primera vez en esta instancia alargue y penales. Pero antes hubo un partido bastante parejo. Desde el comienzo, cada selección contó con ocasiones como para abrir el marcador. Se notaba que Japón hacía el desgaste y que Croacia esperaba tener la pelota para lastimar con sus mejores jugadores. La curiosidad es que los nipones le agregaron a su juego en este mundial la variante de los centros al área y al minuto 42 llegaron al gol justamente de ese modo, luego de un rebote que aprovechó Maeda. La fotografía del primer tiempo fue un anticipo de lo que seguiría viéndose: Japón copaba el medio, iba por las bandas, corría mucho y Croacia esperaba para dañar a partir de algún error defensivo. Pese a la intensidad con que los nipones iniciaron el juego en la segunda etapa, un centro al área y un cabezazo de novela de Perisic neutralizaron los planes asiáticos. Y el desarrollo del encuentro se dio en esos términos de igualdad hasta el final. El alargue prolongó el patrón de paridad, pero Croacia sintió la falta de oxígeno, a tal punto que el técnico se mandó dos cambios arriesgados, sacando incluso a su jugador estrella, el inoxidable Luka Modric. Entonces llegaron los penales, esa situación donde, por lo general, los arqueros tienen sus quince minutos de fama. Y el protagonista fue Dominik Livakovic, quien tapó dos remates más tibios que un brownie con helado. Croacia adentro, Croacia contra Brasil. Croacia ya estará invocando a sus dioses para cuartos de final.

Y a las 16hs dieron El baile, pero no la película de Ettore Scola. Baile fue el que le propinó Brasil a Corea del Sur, selección que, para ser justos, entró como la canción de Deep Purple, Golpeando por la puerta de atrás. En el primer tiempo se dirimió todo: jogo bonito, toque, diversión y hasta una coreografía con Tite. Ellos son así, no tienen término medio: alegria nao tem fin o afuera de la copa. Por ahora, y pese a algún tropiezo como el de Camerún, siguen siendo los favoritos con Francia. Esto no quita que puedan pasar alguna zozobra (incluso hoy los coreanos les llegaron con claridad en un par de ocasiones), pero cuando aceleran de mitad para adelante, agarrate Catalina, sobre todo por las bandas. El primer gol fue un desborde de Raphina cuyo centro cruzó toda el área para llegar hasta Vinicius. Atorado por el arquero y varios jugadores coreanos, el delantero se lució con un toque exquisito al ángulo allí donde la mayoría hubiera rematado fuerte. 1 a 0 con fiesta incluida. Al minuto 11, ahí nomás, le hicieron un penal a Richarlison que Neymar, como si estuviera en el patio de su casa, sopló a la derecha de un arquero movedizo. 2 a 0 y se renueva el bailecito. A los 29 vino el tercero luego de una asociación colectiva que dio origen a, tal vez, la mejor jugada del mundial. Monólogo absoluto de Brasil cuyo contraste lo representan las caras desesperadas de los coreanos y las puteadas para adentro de su entrenador. Para colmo llegó un cuarto gol por parte de Paquetá. Corea del Sur tuvo su mérito. Nunca bajó los brazos ni se fue de partido. Intentó a pesar de la derrota, y Alisson evitó lo que podría haber sido el descuento. Pero el rival fue demasiado para sus aspiraciones. El camino e Brasil viene bastante allanado. Dicen por ahí que recién en semifinales se las verá con un adversario a la medida.

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