No hay osos (Khers Nist, Jafar Panahi, 2022)

Se estrenó recientemente No Bears, de Panahi, hecha hace dos años. Pasó desapercibido el estreno. Una pena, porque es una gran película.

La vida de Panahi, encerrado en su propio país desde hace años y privado absurdamente de la libertad, es un laberinto kafkiano que no le ha impedido filmar y distribuir clandestinamente sus películas. Como si de la magnífica ironía de Dios se tratase, a juzgar por uno de los poemas más conocidos de Borges, el realizador iraní ha encontrado aún en esta circunstancia un precario sistema de producción para que su condición de artista no cese. Y lo ha hecho con ingenio y valentía, acentuando incluso los espejos entre realidad y ficción, esa marca característica de una cinematografía que supimos conocer tardíamente.

El comienzo de No hay osos es parte del engaño: una pareja prepara sus pasaportes para salir del país. Cuando estamos sumergidos en la ilusión, se escucha corte. Se trata de un rodaje pautado y manejado remotamente por el propio Panahi con una computadora desde un pueblo fronterizo con Turquía, el lugar donde se encuentran sus actores. Por supuesto, esto es sólo la punta del iceberg. A medida que avance la trama, la dimensión dramática de una historia que intenta armarse pese a las dificultades se alterna con los inconvenientes que padece Panahi con los lugareños a raíz de una supuesta foto que tomó y que es crucial para resolver el litigio entre dos familias. A la vez, esta circunstancia es el puente que escenifica una vez más el absurdo horizonte conservador y las tradiciones más conservadoras de la región.

Situaciones absurdas y un tono que incluye al humor como posibilidad de resistencia funcionan a la manera de un escudo frente al carácter ridículo de tradiciones que se niegan a cambiar, rituales propios de órdenes autoritarios e historias folklóricas que buscan el control político. De modo tal, que la película construye un arco que va desde la incomodidad hasta la impotencia, expresada magistralmente al final con un gesto que bien puede extrapolarse al presente del director.

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