CRÓNICAS MUNDIALISTAS. QATAR 2022. OCTAVOS DE FINAL. JORNADA 1: DIRECTO AL CORAZÓN

Y comenzaron los octavos de final. Países Bajos y EE.UU animaron el primero de los cruces. A priori, un partido interesante. La ex naranja mecánica tuvo, en el mejor de los casos, una versión de mandarina dulce. Sin embargo, en el comienzo los norteamericanos contaron con una ocasión muy clara cuando le quedó a Pulisic para la zurda y el gigante arquero la tapó abajo. Pasarían apenas siete minutos para la apertura del marcador. Una jugada de contragolpe con pases rápidos y precisos por derecha terminó con un centro rasante hacia atrás para que Depay ponga el uno a cero. La postura de Países Bajosfue esperar a EE.UU para salir rápido, sobre todo por los extremos de la cancha (a tomar nota Scaloni). Y la fórmula dio sus frutos. Como dice una canción de los ochenta: Una vez mordido, dos veces tímido. Pese a que los norteamericanos buscaron, en el descuento de la primera etapa les hicieron un gol calcado. Desborde de Dumfries, centro atrás y gran definición de Blind al palo derecho del arquero. La jerarquía marcó la diferencia, no mucho más. Ya en la segunda etapa, a los tres minutos Gakpo salvó en la línea una ocasión de EE.UU, lógicamente más animado en pos de buscar un descuento que le permitiera soñar. El equipo de Berhalter cuenta con un muy buen medio campo, pero peca de ingenuidad en defensa y le falta pimienta en ataque. Países Bajos intentó contrarrestar y no amplió la diferencia gracias a dos soberbias atajadas del arquero Turner. No obstante, en el minuto 75, tras una jugada un poco sucia por derecha, Wright descontó. A primera vista pareció ser un taco, sin embargo en la reiteración se confirmó un movimiento extraño del pie, que más le debe al mago Cacarulo que a un gesto técnico exquisito. Todo indicaba que íbamos a tener nuevamente un último cuarto para el infarto, una nota característica de este mundial, pero los de van Gaal completaron su performance pragmática con el tercer gol, que sepultó cualquier ilusión enfrente. Fue Dumfries a los 80 quien, tras un gran centro de Blind, madrugó a los defensores por derecha y la empujó a la red. Fin de la historia. Países Bajos es el próximo rival de la Argentina en cuartos. No es un cuco, pero ha ido de menos a más. Cumplió con un libreto que no termina de convencer, sin embargo, tiene jugadores rápidos por afuera que, si están encendidos, pueden ser un problema.

Hoy empezó un nuevo mundial para la selección, pero no para los hinchas, quienes seguimos sufriendo cada minuto jugado. Argentina y Australia protagonizaron el cruce de la tarde, y qué tarde Teté. Pero bien nuestra selección, muy bien me animaría a decir, porque manejó tres cuartos del partido con iniciativa por tener la pelota, con paciencia y autoridad, frente a un equipo que se paró bien atrás, con esquemas similares a quienes hemos enfrentado hasta ahora. Argentina impuso respeto y hasta ahora le han salido a jugar defensivamente. La apuesta de Australia era física principalmente y, para ser honestos, además de estar regalados en este mundial y en esta instancia, si hubieran ganado hoy, habría sido el primer equipo de Rugby en competir en un mundial en cuartos. Son muy fuleros. Tienen una modalidad basada en sacudir pelotazos a dividir. De modo tal que, desde el comienzo, Argentina se hizo de la pelota, que circulaba a modo parabrisas, pero sin profundidad en el ataque. Los jugadores buscaron los espacios, se movieron, pero las casacas amarillas permanecían estancadas en su plan de replegarse, pegar alguna patada, puntear para arriba a dividir en la fricción y buscar algún córner como opción. Lo bueno fue que el equipo nacional no se desesperó a pesar de no lograr un circuito certero de juego y encontró su recompensa, una vez más, en la magia de Messi.  Después de una triangulación cerca del área entre Alexis Mac Allister y Nicolás Otamendi, el balón le quedó al 10, que definió cruzado, con su zurda, con ese latigazo fatal en una baldosa, para poner el 1-0 en favor de la Albiceleste. Alegría total. En el segundo tiempo comenzaron los cambios y el Papu Gómez salió reemplazado por Lisandro Martínez. En una jugada más digna de la screwball comedy que del fútbol, el arquero y un defensor se mandaron una de terror, lo que le permitió a Álvarez empujarla para poner el 2 a 0. La vida nos sonreía. El partido era nuestro, la pelota también, pero lógicamente el cansancio se hizo sentir. Scaloni hizo bien los cambios y si no fuera por la falta de definición de Lautaro Martínez, la ventaja habría sido mayor. Messi se divertía, encaraba, los recuerdos del potrero se apoderaron de su cuerpo y emocionó ver lo enchufado que estuvo. Pero, las brujas andan dando vuelta. Cuando parecía que nada iba a ocurrir para sacar al partido de la lógica en la que había entrado, un despeje fallido al centro le permitió a Goodwin pegarle mal a la pelota, pero la muy guacha se desvió en la espalda de Enzo Fernández y descolocó al Dibu. Alarma, Alerta en lo profundo. Y ahí Australia sacó a relucir su tradición de Rugby. Jugó la pelota en campo argentino y tuvo dos chances claras que me obligaron a controlar la presión y el ritmo cardiaco. Una fue una corrida maradoniana que Lisandro Martínez cortó con el último aliento; la otra fue una tapada heroica del Dibu. Y está bien que así sea, porque este es un equipo y todos quienes lo integran, como dijo el gran David Bowie, pueden ser héroes por una vez. Un descanso de adrenalina hasta el viernes y a seguir acompañando a los muchachos.

elcursodelcine

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