Qatar 2022 Cuartos de final Jornada 2: La telenovela errante

Segunda jornada de cuartos de final. De los cuatro equipos clasificados, uno es sudamericano y el otro africano, un verdadero escándalo para la civilización europea y sus apologetas vernáculos. Al mediodía se enfrentaron Portugal y Marruecos. En alguna crónica anterior destaqué el potencial del equipo europeo, pero al mismo tiempo dejé latente el fantasma de la eliminación, sobre todo por la interna en el grupo. Consumados los hechos, en el balance, creo que fue una mala decisión del técnico haber convocado a Cristiano Ronaldo. Está visto que fue perjudicial la situación que se generó en torno a su exclusión del equipo titular. Hay algo de Sunset Boulevard de Billy Wilder en toda esta historia. Cristiano sería como Norma Desmond, una estrella que ya se siente de otra época, que debe lidiar con el presente y con otros códigos. Él se siente bien, pero ya no parece haber técnicos que lo puedan dirigir. “¡Yo soy grande! Son las películas las que se han hecho pequeñas” decía Norma en la película; “yo soy grande, es el fútbol el que ha empequeñecido” podría gritar a los cuatro vientos Ronaldo. La cuestión es que para tener un fierro caliente en el banco, hubiera sido prudente no convocarlo. La eliminación y la forma en la que Portugal quedó afuera parece una prueba irrefutable.

No obstante, más allá de La telenovela errante, enfrente estaba el equipo guerrero de este mundial, los 300 espartanos marroquíes que corrieron y defendieron nuevamente para mandar a casa a otra selección importante. El partido, si bien parejo en el primer tiempo, lo puso a Portugal por encima con dos posibilidades de Joao Félix. No fue un vértigo el ataque de los europeos ni mucho menos, incluso el chico Ramos (que la había descosido contra Suiza) brilló por su ausencia. La iniciativa de Portugal estuvo bien controlada por un Marruecos en principio replegado pero que se animaba a salir de vez en cuando. Fue en el minuto 41 que un centro cayó en el área y Diogo Costa fue anticipado por En-Nesyri, quien puso en ventaja a los marroquíes. Negocio perfecto porque, como vinieron mostrando hasta el momento, el gol a favor los convierte en una trinchera dispuesta para aguantar lo que venga. En efecto, el segundo tiempo fue prácticamente de Portugal y su asedio, más con desesperación que con ideas, contrarrestado por otras soberbias actuaciones de Bounou, Amrabat (¡el mejor mediocampista de este mundial!), Hakimi, para cortar circuitos posibles de juego. Santos metió a Cristiano Ronaldo en el comienzo de la etapa complementaria y fue añadiendo delanteros, pero nunca superó el muro defensivo que le propuso Marruecos, el equipo guerrero que, con dignidad y valentía, hizo historia: se convirtió en el primer equipo africano que llegó a semifinales en un mundial. En la vereda de enfrente, el ocaso de los dioses y el llanto de Pepe disparando argumentos insólitos contra Tello, el árbitro argentino. Portugal volvió a su flojera habitual. Estos cuartos de final demostraron que “quienes pasan son los que ponen mucho corazón, concentración y entrega al 110.  Eso vale más que las individualidades o la táctica en este tipo de torneos tan emocionales” (palabras de un amigo).

Duelo de titanes. El partido de la tarde se presentaba como un menú exquisito: Francia e Inglaterra se enfrentaban en una especie de final anticipada. Si bien el partido no estuvo a la altura de las expectativas, se confirmó lo que venía anticipando en crónicas previas. A uno le faltó otra vez cinco para la libra esterlina y el otro confirmó su chapa de candidato. Fueron quince los minutos que duró la paridad. Francia es el equipo que más variantes tiene en su juego, entre ellas, el disparo de afuera del área. Cuando sus principales recursos no pueden ser optimizados, te sacan un conejo de la galera. En este caso fue un tiro de Aurelien Tchouameni cuya trayectoria hizo justicia a la técnica que desplegó el moreno jugador galo. La pelota se fue abriendo y se hizo imposible para Pickford. Francia estaba arriba en el marcador, pero la realidad indicaba que Inglaterra hacía el desgaste con velocidad por afuera y con algunas ocasiones importantes neutralizadas por Lloris. Inexplicablemente Rashford estuvo en el banco y solo ingresó unos minutos al final del partido. El segundo tiempo confirmó el dominio inglés y ya a los seis minutos Kane ejecutó un penal validado por el VAR. El empate estaba bien y Francia pasó a ser más deslucido aún, hasta que en el minuto 76 un centro terminó en la cabeza de Giroud para convertir el 2 a 1. Inglaterra no claudicó y tuvo su chance con un nuevo penal que, esta vez, desperdició Kane, un destino pálido para un jugador que no lo merecía por su desempeño en este mundial. Francia se enfrentará a los guerreros marroquíes. Será una nueva versión de David contra Goliat. Espero que la horqueta esté firme.

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